Seguro que lo que hoy os vamos a contar os parece una tontería; pero, en los últimos años nada tenemos más compartido y, al mismo tiempo, más privado que nuestro número de teléfono. Y nuestro número de teléfono, queramos o no, está asociado a una SIM que nos entrega nuestro proveedor telefónico.
Pocas veces cuidamos de nuestra SIM o de nuestro número de teléfono; lo segundo lo damos de manera indiscriminada y a lo primero no le hacemos ni caso. Para un gran número de cosas usamos nuestro número de teléfono como identificador (por ejemplo WhatsApp) o asociado a nuestra cuenta de Google.
Nuestro número de teléfono es algo que damos con demasiada facilidad. Por ejemplo, en todas las tarjetas de visita aparecen desde hace unos años dos cosas: el número de teléfono y la dirección de correo electrónico. Puede que aparezca la dirección física, la dirección de Facebook, la cuenta de Twitter o incluso las direcciones del blog. Hace no mucho diseñé una tarjeta de visita que contenía el número de teléfono pero no una dirección física. Y, por privacidad y seguridad, algunas veces es mejor tener dos números de teléfono y usar uno para temas laborales y otro para personales.
Hasta hace no mucho, cuando querías registrarte en algún servicio, lo que se solicitaba era tu cuenta de correo electrónico (de ahí que algunos tengan más de 5 cuentas de correo electrónico diferentes), pero de un tiempo a esta parte lo que se solicita es tu número de teléfono. WhatsApp utiliza como identificador tu número de teléfono y Facebook utiliza como identificador tu correo electrónico. Y no sólo eso, sino que cuando creas una cuenta de correo electrónico se asocia a tu número de teléfono para la posterior recuperación.
WhatsApp o Telegram usan el número de teléfono como identificador del usuario y en Line lo puedes hacer con tu mail.
Todo esto nos lleva a tener que proteger nuestra SIM con el número de teléfono. En algunos casos se guardan los contactos en la tarjeta SIM y, además, tiene asociado nuestro número de teléfono y, por lo tanto, el acceso a muchos servicios.
Lo de proteger la SIM puede parecernos una tontería, pero con la aparición de WhatsApp Web se ha convertido en una fuente más de espionaje. Un ejemplo, algo rebuscado, pero que os sonará como probable, es el de una pareja que coge el móvil, extrae la SIM, lo mete en otro terminal poniendo el código PIN, activa WhatsApp y, después, abre una sesión en WhatsApp web que mantienes abierta pasando a devolver la SIM a la terminal de su pareja. La víctima no tiene motivos para sospechar que pueden espiarle las conversaciones de WhatsApp.
Pocas veces cuidamos de nuestra SIM o de nuestro número de teléfono; lo segundo lo damos de manera indiscriminada y a lo primero no le hacemos ni caso. Para un gran número de cosas usamos nuestro número de teléfono como identificador (por ejemplo WhatsApp) o asociado a nuestra cuenta de Google.
Nuestro número de teléfono es algo que damos con demasiada facilidad. Por ejemplo, en todas las tarjetas de visita aparecen desde hace unos años dos cosas: el número de teléfono y la dirección de correo electrónico. Puede que aparezca la dirección física, la dirección de Facebook, la cuenta de Twitter o incluso las direcciones del blog. Hace no mucho diseñé una tarjeta de visita que contenía el número de teléfono pero no una dirección física. Y, por privacidad y seguridad, algunas veces es mejor tener dos números de teléfono y usar uno para temas laborales y otro para personales.
Hasta hace no mucho, cuando querías registrarte en algún servicio, lo que se solicitaba era tu cuenta de correo electrónico (de ahí que algunos tengan más de 5 cuentas de correo electrónico diferentes), pero de un tiempo a esta parte lo que se solicita es tu número de teléfono. WhatsApp utiliza como identificador tu número de teléfono y Facebook utiliza como identificador tu correo electrónico. Y no sólo eso, sino que cuando creas una cuenta de correo electrónico se asocia a tu número de teléfono para la posterior recuperación.
WhatsApp o Telegram usan el número de teléfono como identificador del usuario y en Line lo puedes hacer con tu mail.
Todo esto nos lleva a tener que proteger nuestra SIM con el número de teléfono. En algunos casos se guardan los contactos en la tarjeta SIM y, además, tiene asociado nuestro número de teléfono y, por lo tanto, el acceso a muchos servicios.
Lo de proteger la SIM puede parecernos una tontería, pero con la aparición de WhatsApp Web se ha convertido en una fuente más de espionaje. Un ejemplo, algo rebuscado, pero que os sonará como probable, es el de una pareja que coge el móvil, extrae la SIM, lo mete en otro terminal poniendo el código PIN, activa WhatsApp y, después, abre una sesión en WhatsApp web que mantienes abierta pasando a devolver la SIM a la terminal de su pareja. La víctima no tiene motivos para sospechar que pueden espiarle las conversaciones de WhatsApp.