Otra cosa no, pero cada vez que tenemos que comprar cartuchos de tinta o tóner para la impresora es cuando recordamos que nos saldría más barato comprar una nueva impresora que el recambio que necesitamos.
Pues vamos a ver cómo podemos alargar un poco la vida de nuestros recambios. Simplemente queremos daros un par de consejos que eviten el deterioro de éstos.
Primera recomendación y a la vez sencilla. Ya sabemos que seguro que compras cartuchos o tóners de marcas "alternativas". No tenemos problema con ello, pero busca una marca reconocible, no sólo la que te ofrezca el menor precio, ya que posiblemente no sean de la calidad necesaria y, no sólo te duren menos, si no que estropeen tu impresora.
Siempre debemos tratar de no manipular el cartucho de forma brusca, intentando por todos los medios no tocar la parte electrónica de los mismos. Ya no vamos a deciros nada sobre dejarlos caer, pero no es bueno que se lleven golpes ni que sufran con excesos de vibraciones o roces innecesarios. Ya sabemos que en algunos casos la caja es muy voluminosa, pero en la mayoría de las ocasiones es así para que nuestro repuesto no sufra.
No lo dejes en lugares con una altas temperaturas o en el que pueda recibir la luz solar. Y, en lo referente a las impresoras, es una buena idea, cuando la impresora no está en uso, apagarla y taparla con algún cobertor plástico oscuro. Esto evitará que los circuitos de la impresora y de los cartuchos sufran debido a las constantes fluctuaciones eléctricas y, al mismo tiempo, los mantendrá alejados de la luz y de las condiciones adversas de humedad o temperatura. Para las impresoras (igual que para los ordenadores) es malo el exceso de calor y el exceso de frío.
En el caso de haber notado que la calidad de uno de los cartuchos disminuye, lo mejor es limpiarlo con las herramientas provistas con la impresora. Si aun así no mejora la calidad de impresión, debemos cambiarlo inmediatamente y nunca esperar a que se agote completamente, ya que pueden dañar la impresora. En este sentido, se debe realizar un buen mantenimiento para que la tinta no se seque en el interior del cartucho y evitar, de esta manera, cualquier problema. Para ello, las impresoras proveen para la limpieza de los cartuchos una herramienta de software y, en algunos modelos también por hardware; es decir, a través de botones en el panel del dispositivo, podemos limpiar y alinear los cartuchos. Este mantenimiento debe ser realizado unas tres veces a la semana o el período que figure en el manual de operación del dispositivo.
También debemos tener especial atención cuando realizamos el recambio de un cartucho, asegurándonos de que en el interior del cabezal, es decir donde se ubica el cartucho de tinta, los contactos estén limpios y libres de polvo y tinta seca, ya que esto podía cortocircuitar los contactos del cartucho y quemarlo.
El tóner de una impresora láser es un elemento bastante delicado, y por lo tanto debe ser manipulado con cuidado y delicadeza. Es por ello que debemos evitar mantener al cartucho de tóner bajo condiciones de humedad y temperatura que podrían dañarlo. He visto colocar el tóner en algunas ocasiones con tanta brusquedad que parecía que estaba metiendo un leño a una chimena.
Otra consideración a tener en cuenta es que nunca debemoms tirar del papel cuando éste se atasca dentro de la impresora, ya que tanto el cartucho como el motor de la impresora sufren bastante. La forma correcta de actuar es apagar la impresora, retirar el cartucho de tóner y luego sacar el papel atascado. En algunas impresoras ya se incluye un botón que permite mover el papel hacia atrás o hacia delante (como en las impresoras matriciales).
Si por algún motivo tenemos que remover el tambor o cilindro de la impresora, siempre tenemos que evitar exponerlo a la luz directa. Para evitar problemas, una vez retirado, el cilindro debe ser almacenado en un lugar oscuro, como el interior de un bolso o caja.
Y por último la calidad del papel. Un papel de baja calidad puede hacer que se consuma más tinta y que acorte la vida de nuestra impresora. La calidad del papel no está unido al precio: un precio bajo no conlleva baja calidad.
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