lunes, 9 de noviembre de 2015

Juegos "infantiles" con chat incluido



Hace un año, más o menos, mis sobrinos me dijeron: “Juega al Clash of Clans y entras en nuestro clan”. No sabía de qué me hablaban. Así que, con su ayuda, lo busqué en la Play Store (tienda de Google), lo instalé y aprendí a jugar.



El juego es entretenido, la verdad. Voy a contaros cómo funciona este tipo de juego. Debemos partir de la premisa de que se ha creado para ganar dinero, así que cuidado con lo que pueden hacer los pequeños de la casa.

La realidad es que en el momento en el que estás leyendo estas líneas, millones de niños y niñas de todo el mundo están jugando en este momento al juego multijugador online de éxito entre los/as más pequeños/as: el CLASH OF CLANS. Muchos padres y madres lo llevan instalado en sus smartphones o en sus tablets, a petición de sus hijos e hijas. La inmensa mayoría de los progenitores que lo llevan en el bolsillo no saben nada sobre las características, pros y contras de dicho juego. Pero también puede suceder que sea el/la propio/a menor quien lo tiene instalado en su tablet y juega cuando puede.

El juego pertenece a la empresa finlandesa Supercell que lo lanzó en primer lugar en el Apple Store y, después de 4 meses, más de 3 millones de personas estaban ya jugando a diario con él. Niños-niñas, jóvenes y también adultos de más de 130 países distintos, compiten los unos contra los otros en un juego de estrategia, ambientado en un entorno lleno de vikingos, brujos, valquirias guerreras y conjuros. 
Yo me lo instalé, como os decía al comienzo, y llevo ya un año jugando. Y la verdad es que después de este tiempo jugando al CLASH OF CLANS he de reconocer que su éxito es merecido. Está magníficamente diseñado, es muy atractivo, divertido y… adictivo. Pero, evidentemente, tiene sus virtudes y sus defectos. Y cuando los defectos pueden afectar a los niños, a las niñas y adolescentes, entonces es necesario informar e intervenir. Sinceramente, creo que son mayores sus virtudes, pero los aspectos negativos son importantes. La buena noticia es que podemos actuar y neutralizar los aspectos negativos. Veámoslo.



Se trata de un juego de construcción y guerra. Al principio es necesario dedicarle más tiempo, ya que el jugador tiene que construir su aldea desde la nada. Esto supone tareas que implican garantizar la producción de suministros (llamados oro y elexir), crear las defensas necesarias para repeler los ataques contrarios y, sobre todo, formar un ejército potente. Al mismo tiempo deberemos integrarnos en un clan que nos ayude a la hora de defendernos y posicionarnos. Personas de las que aprenderemos y que aprenderán con nosotros, desde cualquier país del mundo. Personas que no conocemos en su gran mayoría.

Puede parecer algo superficial dedicar horas de nuestro tiempo libre a construir una aldea virtual y protegerla contra dragones virtuales en un juego de Internet. Sin embargo, ni es superficial ni es inútil. No es un juego de “pegar tiros”, es un juego de estrategia. Es decir, es un juego que implica pensar, planificar y administrar. El trabajo y las tareas que necesita desarrollar nuestro cerebro para avanzar en un juego como éste, son muchísimo más importantes y necesarias que las tareas desarrolladas durante generaciones en otros juegos mucho más simples y elementales. Generaciones y generaciones han pasado horas jugando a las cartas, al dominó, al parchís y a la oca, y eso está muy bien. Pero un juego de estrategia requiere la puesta en marcha de procesos mentales que están a años luz de otros juegos tradicionales, que siguen siendo, por supuesto, muy divertidos. No planteemos la cuestión como una competencia entre juegos modernos y juegos tradicionales. No lo planteemos como un enfrentamiento entre juegos relacionados con las nuevas tecnologías y juegos manuales. Todo es necesario, positivo e interesante. No se trata de eliminar ni confrontar.

El jugador tiene posibilidad de comprobar en semanas, y no en años, el resultado de algo mal planificado. Los problemas que puede suponer ser demasiado arriesgado en la vida y los que implican no arriesgar nunca nada. Los problemas que supone a medio plazo construir algo muy deprisa para terminarlo antes y comprobar lo frágil que resulta después. Aquellas personas que busquen resultados inmediatos para todo lo que hacen, comprobarán mediante el juego que es un planteamiento erróneo. Comprobarán que en el juego, como en la vida, no obtendrás buenos y duraderos resultados si no te esfuerzas, si no inviertes, si no siembras y esperas pacientemente. Las niñas y niños pueden llegar a interiorizar esto sin necesidad de esperar a ser adultos para comprobarlo por sí mismos, con las consecuencias que ello haya podido tener para sus vidas y la de otras personas. Mediante el juego aprendemos, de forma vivencial, sin necesidad de invertir toda una vida y con consecuencias mucho más salvables.

Vamos a por los posibles aspectos negativos que los padres deben de tener en consideración.

En primer lugar, hemos de señalar que este tipo de juegos (Clash of Clans incluido) es un juego gratuito, hasta que deja de serlo… Puedes conseguir acelerar las progresiones si pagas. Si compras en la tienda del juego “gemas”, puedes conseguir recursos inmediatamente, sin esfuerzo y sin invertir tiempo. Estas compras van de los 4,49 euros que cuesta el saquito de 500 gemas, hasta los 89,99 que cuesta el cofre de 14.000 gemas. Y, por supuesto, puedes realizar la compra todas las veces que quieras. No hay límite de gasto. El juego es gratuito, pero puedes gastar todo el dinero que quieras en él. Esto, que es perfectamente lícito, debe ser afrontado con mucho cuidado por parte de aquellos que tengan hijos, o por parte de los adultos que trabajan con menores de edad y utilizan este tipo de juegos de estrategia por su componente pedagógico.



Y aquí llega el punto por el que escribo este post: los chats y el contacto con desconocidos. El jugador puede (es recomendable) integrarse en una alianza. En el caso de Clash of Clans se trata de un Clan. En este momento me encuentro en uno en el que la mayoría de sus integrantes son españoles, y al que he llegado a través de otro usuario que conocí en otro clan. Pero, primero estuve en un clan cuyos componentes eran rusos. Sí, rusos ¿Qué si sé ruso? Ya me gustaría poder leer a Nabocov en ruso, pero no. Las comunicaciones las hacíamos en inglés. En un clan conoces personas de toda clase y condición.


Todos los jugadores son iguales ante el juego, pero lo cierto es que en ocasiones he observado situaciones de acoso por cuestión de sexo, o incluso situaciones de acoso por racismo o xenofobia. En las salas de chat de estos videojuegos aparecen de vez en cuando individuos que se dedican a proferir insultos y amenazas a otros por las más diversas razones, y también individuos que se agrupan en alianzas que no aceptan a personas de otra raza, de otro país o que rechazan directamente a otros grupos de personas con cualquier motivación. Algunos de los comentarios que pueden leerse no son nada edificantes, como tampoco lo son las situaciones de acoso.

Es importante que nuestros pequeños tengan ciertas cosas aprendidas de antemano. Es muy común que en los chats de los clanes se intercambien números de teléfono entre los aliados para comunicarse vía whatsapp (para concretar horas de comienzo de guerras por ejemplo) y es difícil saber quién se encuentra al otro lado. En mi clan sólo me conocen por mi Nick (apodo en el juego). No saben mi nombre ni mi edad. Como llegué recomendado por otro usuario del clan, no me preguntaron nada.

Este tipo de juegos tiene dos áreas de chat. Uno “privado” que sólo utilizan los miembros del clan y otro “público” accesible a todos los usuarios del juego. Imaginaros, entre los millones de usuarios, el tipo de gente con la que puedes dar.


Si sopesamos los aspectos positivos y los negativos, cada cual sacará sus propias conclusiones. No obstante, cuando se trata de menores de edad, considero que no merece la pena correr el riesgo de sufrir dichos aspectos negativos. Así pues, cuando de menores se trate, es fundamental el papel de un adulto responsable o de los propios padres. Es importante determinar el tiempo que dedican al juego, acordar unos tiempos o unos horarios y respetarlos. Es importante también  controlar el gasto, ya que éste no sólo puede ser un problema en sí mismo, sino también advertirnos sobre la presencia de otros problemas. En nuestro clan tenemos algunos usuarios que han indicado que sólo juegan los fines de semana y en unas horas en concreto, así que el clan a la hora de iniciar su actividad lo tiene en cuenta.

Si estos juegos son supervisados por un adulto, lo más normal es que la experiencia con este tipo de videojuegos sea muy positiva para el menor de edad. Pero, si no existe dicha supervisión, cualquiera de los juegos se puede convertir en un problema para el menor...

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