Parece muy difícil plantar cara a situaciones de acoso escolar, pero esta adolescente de 14 años lo hizo muy bien.
Como dice el refrán: "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio" o "A palabras necias, oídos sordos".
Esta chica así lo hizo. No sólo no se avergüenza de su cuerpo, sino que no tiene reparo en lucirlo para "tapar la boca" a más de uno que pensó que le haría daño.
Como diríamos en España: ¡olé, olé y olé!
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